domingo, 7 de septiembre de 2014

Erízame la piel.

 Ya van muchas noches en vela pensando como sería todo si estuvieras a mi lado, muchos días en los que al despertar echo en falta poder quedarme mirandote dormir, tan sereno, tan relajado, en los únicos momentos que parecen que tu caos se deshace y te vuelves a unir en una sola pieza, te observo en silencio hasta que noto que te empiezas a mover y me hago la dormida, despiertas y me envuelves en tus brazos dándome toda la paz que se puede obtener después de una noche en guerra. Me cubres con tu besos hasta que logras que me rinda y abro los ojos y ahí estás, al otro extremo de la almohada mirándome con tu enorme sonrisa, me dices lo preciosa que soy para ti aun sin maquillar y con el pelo enredado sobre la cama, no te creo, pero si viene de ti vale mil, todo vale más cuando viene de ti, tu risa ahogada en mi cuello, tus caricias erizandome la piel, tu descenso por mi pecho o tu escalada hacia mis clavículas que intentaban hundime en una locura por ti, y lo consiguieron.
 Quiero continuar ahogada en esta locura con tal de que tu seas la razón de ello, no quiero salir a flote a no ser que seas mi salvavidas y quien me rescata y lo hagas para estar junto a mi.
 Quiero que todo vuelva como antes y que ni el más frío invierno consiga erizarme la piel como lo hacías tu con cada mirada.

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